Habían pasado apenas 7 días desde que se dieron el primer beso. Se habían enamorado mientras trataban de comprender lo que el profesor de turno explicaba a la clase.
Un día, después de las prácticas semanales inherentes a la carrera que estudiaban, fueron a caminar para poco después sentarse en la banca de un parque. Hablaron, rieron y se miraron por horas hasta que él notó que su vejiga trataba de decirle algo...
Primero por no romper la magia del momento y después por mero pudor, mi amigo, postergo su fisiológico llamado por 15, 30, 45 minutos... ella parecía no comprender sus extraños movimientos, los repentinos cruces de piernas, así como los súbitos cambios en la expresión de su rostro. Qué podría estar causando que su flamante enamorado de modo nada romántico se parase y caminara en círculos frente a la banca que pocos segundos antes compartían... llegó el minuto 90 y no pudo más, la madre natura había finalmente doblegado su inútil resistencia y tuvo que pedirle a su chica que lo acompañe a buscar los servicios higiénicos más cercanos que pudieran encontrar.
Era domingo y todos los establecimientos de la zona estaban cerrados. Si bien, caminar a paso ligero le producía cierto alivio, no era suficiente como para detener la búsqueda.
Ella, 4 metros detrás, intentaba seguirle el ritmo cuando de pronto vieron en la siguiente esquina un restaurant de comida oriental atendiendo a sus comenzales.
Llegaron al mostrador donde un hombre de rasgos asiáticos daba órdenes a dos empleados con un marcado acento mandarín. Casi no podían articular palabra, debían recuperar algo de oxígeno primero...
- Señor, disculpe Ud. la molestia.. sería tan amable de prestarme los servicios higiénicos?
- Lo Sieto!
- Pero por favor! haga una excepción, necesito usar su baño con extrema urgencia!
- Lo sieto!
- Oiga! no hay un baño en varias cuadras a la redonda y ya no puedo esperar más!
- Lo Sieto!
En ese momento mi amigo pensó... Aquí o me pongo fuerte y le hago ver a este chinito lo urgido que estoy y me presta el baño, o conservo la educación que mis padres me inculcaron a la par que continúo goteando al lado del mostrador. Seguidamente se le escucho decir:
- Oye comegato reconch#%$/&(*⃺k€$dre, qué no te das cuenta que me estoy haciendo encima ??
Y el chinito ya pálido y asustado repitió, esta vez mostrando una de sus manos con dos dedos extendidos:
- LOSIETO PEEEE!!! LOSIETO!!!
Todo lo que quería el chinito a cambio eran doscientos centavos de la unidad monetaria.
Entonces, mi apremiado amigo sacó del bolsillo cuanta moneda encontró en él y las tiró sobre el mostrador mientras corría hacia al fondo y a la derecha.
Ella paró de reír 12 minutos después...
Por supuesto que no me paso a mí... le pasó a mi amigo.
Y a tí? te ha pasado algo parecido?
domingo, 17 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
JAJAJA, QUE BUENA! CHINO LEGLACIALO!!!!
a todos nos ha pasado alguna vez!! Y eso de llegar al baño y que haya 10 personas esperando... suele pasar, si, si
LA PAGINA ESTA DIVERTIDA, EXCELENTE GENIAL Y SOBRE TODO DE MUY BUEN GUSTO Y SENTIDO DEL HUMOR.
CONGRATULATIONS
D.G.C.M.
Gracias Giovanna, que bueno que te guste. Espero verte seguido por aquí y que nos cuentes también que le pasa a tus amigos ;)
Publicar un comentario